Los whiskies a menudo reflejan en cierta medida la cultura y geografía en la que son producidos. Un single malt de las Highlands de Escocia suele tener más carácter que uno de las Lowlands. Pues lo mismo ocurre con los whiskies producidos en la India, Irlanda o España. Todos ellos tienen sus propias características y personalidad. Ahora es el momento de hablar de whisky Estremeñu, proveniente de la región española de Extremadura y que marca el camino para otros productos nacionales.
Ya comenté cuando hice la cata de Drago, que España se había unido a la ola de producir maltas como otros países como Suecia, Australia o Hong Kong, por ejemplo. Pero es que estas maltas surgen además con un trasfondo cultural, para quien las consuma, conozca y entienda su razón de ser.
Estremeñu, el viaje de cervecería a destilería
Para hablar de Estremeñu primero tenemos que mencionar a la cerveza Cerex. Tras varios viajes a Alemania y aprender de los maestros cerveceros de Bavaria, Marcos Rubio y Alfonso Vallejo, dos jóvenes ingenieros agrónomos, decidieron aplicar sus conocimientos y crear la primera compañía cervecera de Cáceres en 2013. Y parece que no fue una mala iniciativa porque cuatro años más tarde Cerex fue galardonada con el premio a la Mejor Cerveza de España por el World Beer Awards. Todo ello casi sin recursos y en una casa en el pueblo de Zarza de Granadilla. Tiene su mérito.
Los inicios fueron tan prometedores que los dos extremeños fundaron la Destilería RutaPlata. Fue así como se aventuraron en el mundo de las destilación de ron y ginebra. Todo ellos dio como resultado más premios durante 2018 y 2019 para su Ron Añejo de Granadilla, la Ginebra Spirito Vetton Extra Dry y la Ginebra Spirito Vetton Cereza. Con tremendo palmarés, nada impedía a Marcos y Alfonso dedicarse al whisky. Y así surgió whisky Estremeñu.
Estremeñu Blended Malt 40% alc.
El estremeñu o extremeño es una variedad lingüística del norte de la región española de Extremadura. Se estima que lo hablan unas 200.000 personas en todo el territorio. Quien escribe este artículo desconocía la existencia de tal lengua. Me agrada saber que la riqueza lingüística de España es mayor de la que pensaba gracias a un whisky. ¿Qué guarda la atractiva botella de Estremeñu? Vamos a la cata.
Color: Té negro. Este es un whisky de tres años y entiendo que con tal edad es muy difícil que este color sea natural. Es evidente que tiene caramelo añadido, pero no lo voy a reprochar. El mero hecho de que reconozcan abiertamente que es una malta tan joven es una decisión valiente. Su colorante natural es lo de menos.
Al olfato: Agradablemente dulce pero sutil. Percibo cierta nota floral y malteada. He probado whiskies con más edad y aromas más fuertes que me hicieron torcer el gesto. Aquí no hay nada de eso. Lo que aquí percibo me invita con elegancia a beberlo. Nada, nada mal.
Al paladar: Confirmamos el dulzor de la miel y la vainilla provenientes de las barricas americanas en las que el whisky Estremeñu ha sido envejecido. Pero también noto las notas especiadas típicas de una barrica de Jerez. Es un whisky muy meloso pero le aprecio un pico de alcohol espirituoso que se lo achaco a la juventud y vigor de la malta. Es decir, que lo gentil del olfato no se traslada del todo al paladar.
Aún así es un whisky suave y se notan los 40% de alcohol. Tiene poco picor de pimienta al tragarlo y regusto corto. Mi paladar me pide al menos 43%. Sin embargo, entiendo que 40% puede ser el nivel de alcohol apropiado para un público menos acostumbrado a whiskies potentes.
Sorprendentemente el whisky mejora tras diez minutos en vaso. Los alcoholes se evaporan y rebaja esa nota espirituosa que le noté en el primer sorbo.
Según los creadores de Estremeñu este whisky es ideal para tomarlo on the rocks. Pero incluso podría combinarse con nuestro refresco preferido, preferiblemente ginger ale. Lo que una vez más confirma que estamos antes una malta que gustará al mercado nacional español, habituado a este tipo de combinados.
Conclusiones
Si llevásemos este whisky 20 años atrás en el tiempo y lo diésemos a probar a un bebedor habitual de whisky, no se creería que está catando una malta española. Creo que Estremeñu es un buen ejemplo de que se pueden conseguir buenos whiskies en España, y sus inicios son prometedores. He de pensar también que los años en barrica harán de este Estremeñu una malta mejor, y estoy seguro de que con el buen hacer de sus destiladores, y el calor extremeño, no habrá que esperar 10 años para ello.
Para quien quiera probar Estremeñu, tiene la suerte de encontrarlo por ejemplo en Amazon por menos de 30€ en botella de 70cl. No es un precio barato, pero estamos ante un producto artesanal, del país y de limitada disponibilidad.
Agradecimientos a Carlos Paz por la foto de portada y la cata, por supuesto. Y también a Destilería RutaPlata por la información aportada.