Para muchos la isla de Skye significa dos cosas: parajes preciosos y Talisker. De lo segundo es de lo que venimos a hablar en este artículo. De cómo la destilería de esta hermosa ínsula se ha convertido en seña de identidad de los single malts isleños. Para ello, además, cataremos una de las expresiones más representativas de la compañía: Talisker 10 años.
Talisker, de una esquina de Escocia al mundo entero
Los orígenes de Talisker se remontan al año 1825, cuando los hermanos Macaskill (nombre muy oriundo de Skye) fundaron esta destilería. Curiosamente emplearon a gente desplazada de las Highlands tras las infames clearances. Pero para ser honestos, la compañía no tuvo un éxito relativo hasta finales del siglo XIX, cuando cambió de propietarios y ampliaron su producción.
Más tarde, cuando Thomas Mackenzie, el propietario de la destilería por aquel entonces, murió en 1916, Talisker pasó a ser propiedad de un grupo de maestros mezcladores llamados John Walker & Sons, John Dewar, W.P. Lowrie, y DCL. ¿El motivo de la adquisición? La excelsa calidad del alcohol. Y desde entonces ha permanecido bajo control de esta compañía (conocida hoy en día como Diageo), siendo malta esencial en las mezclas de Johnnie Walker y otros blends.
A pesar del incendio sufrido en 1960, Talisker ha ido creciendo en popularidad y en variedades. Hasta hace unas décadas se ofrecía una expresión de 8 años de maduración, que luego subió a 10 años, e incluso a 18 años. Ya más recientemente la compañía ha lanzado al mercado expresiones sin edad como Storm, Dark Storm, Port Ruigh o mi adorado (y ya extinto) 57º North.
Talisker 10 años 45.8% alc.
Como suele ocurrir con la mayoría de las destilerías isleñas, Talisker produce una malta ahumada. De hecho, hasta hace poco era la única destilería de Skye. Sin embargo, la aparición de Torabhaig en 2017 obligó a cambiar todo el etiquetado de Talisker, que presumía de ser ‘la única destilería de la isla de Skye’.
Si bien los alambiques de Talisker producen mucho reflujo, hay poco contacto con el cobre. Esto proporciona las notas de azufre en el new make y que podría ser el motivo del toque picante característico del espíritu añejo. El tubo purificador añade untuosidad, mientras que el reflujo ayuda a refinar los elementos frutales creados durante la fermentación. Esto es la teoría, ¿Y en la práctica?
Color: manzanilla intensa.
En nariz: Es muy fragante. Humo de hoguera agradable y de poca intensidad. Brezo, ligera brisa marítima con notas afrutadas de manzana y peras. En sucesivas catas percibo una nota oleosa de aceitunas verdes.
En boca: Más humo pero sin atosigar. Aceitoso en el paladar (no me puedo quitar esa deliciosa nota oleosa de olivas) y medianamente picante aunque bien prolongado. Fruta escarchada. Bien balanceado. Final especiado.
Conclusiones: A veces tengo que sentarme y concentrarme bien en lo que tomo. Hasta esta cata no era un gran seguidor de Talisker. Creo que el hecho de que prefiera maltas más intensas de turba, ya sea Kilchoman o Ardbeg, ha influido en mi percepción general de Talisker. Hoy tengo que desdecirme y poner en valor este single malt. Es muy buen dram. Sus 45.8% alc. (algo raro en las maltas estándar de Diageo) contribuyen a ensalzar su calidad.
Este Talisker 10 años se puede adquirir por menos de 40€, lo que es a mi parecer, todo un regalo. AQUÍ te dejo enlace por si te interesa.
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